El yogurt es un derivado lácteo. Se obtiene mediante la coagulación por fermentación de leche entera, desnatada o semidesnatada, esta fermentación es producida por bacterias, frecuentemente por Streptococcus Thermophilus y Lactobacillus bulgaricum.
El yogurt posee propiedades bacteriostáticas que contribuyen a la resistencia a las infecciones. Contribuye a la formación de la flora intestinal indispensable en el proceso digestivo. Además es un producto de fácil digestión que suele gustar a niños, adultos y ancianos.
El yogurt provoca menos intolerancias que la leche debido a su menor contenido en lactosa.
Para poder elaborar yogurt en casa precisaremos:
- 1 litro de leche (preferentemente entera o semidesnatada)
- Para obtener yogures más consistentes podemos añadir 2 cucharadas soperas de leche en polvo.
- 1 yogurt natural (mejor entero)
Mezclamos los tres ingredientes en un bol, posteriormente lo echamos en cada uno de los vasos de cristal y se colocan en la yogurtera o en el horno (50º C) durante 10-12 horas.
Es recomendable esterilizar los vasos de cristal antes de cada uso, llevándolos a ebullición en una olla durante 15 minutos.
Los yogures se conservan perfectamente en la nevera durante una semana (aunque es posible que se consuman antes; ESTÁN DELICIOSOS)
Para volver a hacer yogures podemos hacerlo a partir de un yogurt de fabricación casera, aunque no debemos hacerlo más de 10-12 veces, ya que luego no salen tan buenos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario